El efecto de la mastopexia puede durar muchos años, pero factores como el envejecimiento natural, fluctuaciones de peso y embarazos futuros pueden afectar la forma y la posición de los senos con el tiempo.
La mastopexia implica incisiones, por lo que es posible que queden cicatrices visibles. Sin embargo, un cirujano plástico experimentado trabajará para minimizar las cicatrices y colocarlas en áreas menos visibles.
El cirujano proporcionará pautas específicas sobre cuándo se puede reanudar la actividad física y el ejercicio. Por lo general, se recomienda evitar actividades extenuantes durante las primeras semanas después de la cirugía.
La capacidad de amamantar después de la mastopexia puede verse afectada, ya que el procedimiento implica cambios en la posición de la areola y el pezón. Es importante discutir esta preocupación con el cirujano antes de la cirugía.